26 junio 2007

Espacios Restringidos

Sé que puedo resultar un poco pesado, por hablaros de mis experiencias. De todos modos seguiré adelante escribiendo todo lo que no me gusta, a pesar que sé que no vale de nada, ya que somos pocos los que tenemos algún interés en estos temas.
Llega el verano y para mi supones más tiempo libre el cual lo divido en pasear a mi perrita Fiona , bañarme en la piscina de casa o en el polideportivo donde voy dos veces por semana a hacerme unos lagos , o quizás debería llamarles bordillos ya que no los suelto porque no puedo nadar.
Pero el día 24 de junio fui con unas amigas y mi hermana pequeña al
Aquopolis de Villanueva de la Cañada, claro que primero llamamos para explicar que llevo una silla de ruedas, la chica que me atendió dijo que lo único que tenía que hacer es hablar con los socorristas para que me ayudaran a subirme.
Esta era la segunda vez que iba a ir a ese parque y la primera fue hace ya unos años, me lo pase muy bien, incluso me tiré por el tobogán más alto del parque, pero por supuesto no puedo subirme en ninguna que esté tapada, tenga demasiadas curvas o se requiera algún tipo de accesorio para utilizarla. Soy Álvaro y tengo mis limitaciones, pero también tengo un problemilla y es que me encanta el riesgo, las pelis de miedo y subirme en la lanzadera entre otras muchas cosas.
Lo cierto es que en esta ocasión, todos mis planes e ilusiones se fueron al garete, al llegar al parque no había ganas por parte del personal de ayudarme, como escusa me pusieron muchas y variadas, entre otras mi poca movilidad a eso le tengo que sumar que no podía bañarme donde me cubriera y tampoco en los toboganes es decir me quedaba las piscina de olas, si no me pasaba de la línea azul o también tenía una piscinita para niños. Era ya las 4 de la tarde y me encontré con el jefe de socorristas al cual conocía de hablar con él, y su contestación fue la siguiente “Que la gente como yo tenemos que tener una vida más tranquila en nuestras casas ” Entre otras cosas que no voy a poner aquí.
Después de eso subimos a la oficina, para exponer el tema me dijeron que no podía hacer otra cosa que no fuera presentar una hoja de reclamaciones, cosa que hice, como es de suponer me tengo que fiar de lo que ellos, me explicaron como cubrir esa hoja, Salí de allí después de cubrir la hoja dejando en blanco la zona a cubrir por el establecimiento, y con una hoja verde en la mano. Al llegar a casa llamamos a la comunidad para explicar lo sucedido allí me informe que la hoja que yo tengo en mi poder carece de valor. Además de decirme que el personal de la oficina no presentara reclamación alguna ya que la hoja que tenía que llevar a la oficina de consumo se la quedaron ellos apropósito.
Así que a día hoy me acerque a la oficina del consumidor y presente allí una nueva reclamación explicando toda mi aventura.
A ver qué pasa con todo este tema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario